Por Miguel Rocha Rivera, 3ºA

Tal día como hoy, hace 44 años, Naciones Unidas, proclamó el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Un día dedicado a reivindicar la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Esto empezó en 1911 cuando se incendió una fábrica textil de Nueva York. Ciento veintitrés mujeres murieron y la mayoría jóvenes inmigrantes de entre 14 y 23 años. Las trabajadoras no pudieron escapar porque los dueños habían cerrado todas las puertas para que no se cometieran robos, siendo imposible escapar de las llamas.
Ha llovido mucho desde entonces, es decir, ha habido muchos avances respecto a la igualdad de género; sin embargo, aún queda mucho por hacer. La discriminación continúa en todo el mundo y en todos los niveles. Por ejemplo:
-Es increíble que por el mismo trabajo, un hombre gane más que una mujer o que los hombres tengan más derecho a un trabajo que las mujeres.
-También, es impensable que los puestos más importantes sean ocupados mayormente por hombres.
-También, persiste la idea de que la tecnología y la ciencia son exclusivamente masculinos.
-En cuanto al trabajo en el hogar y el cuidado de la familia, sigue recayendo mayormente en las mujeres.
-En países de África y Oriente Medio, a las niñas se les mutilan en los genitales, como a Kadi, y también tienen menos acceso que los niños a los alimentos y a la educación.
-La máxima manifestación de discriminación hacia las mujeres es la violencia de género.
Hace unas semanas nos despertamos, conmocionados por la trágica muerte de una vecina de nuestra ciudad, a manos de su marido, dejando huérfano a un menor, poco mayor que yo.
¿Cómo se queda uno con todos estos duros ejemplos?